Las mujeres tienen el doble de posibilidades que los hombres de sufrir un descanso de mala calidad. Y eso, según los especialistas se debe a que están afectadas por cambios hormonales y a que, en ellas, es más frecuente que se presenten variaciones psíquicas que influyen sobre la capacidad de conciliar y mantener el sueño. Además, a partir de la menopausia, a las alteraciones del estado de ánimo que se producen en esta etapa, se le añaden los molestos sofocos nocturnos.
El embarazo y la menopausia alteran la calidad del sueño
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