Cuando se habla de menopausia, lo habitual es que se nos vengan a la cabeza los síntomas más característicos y conocidos, como los sofocos o la sequedad vaginal. Pero lo que no se tiene muchas veces en cuenta es que hay descritos hasta 100 síntomas y signos psicofísicos y emocionales que pueden aparecer o pueden exacerbarse con la menopausia. Es verdad que estos no son exclusivos de la menopausia, que muchos de ellos obedecen a causas múltiples (son multifactoriales) y que en algunos casos incluso se discute si su causa fundamental es más bien hormonal (por la menopausia) o aparecen por razón de la edad (asociados al envejecimiento), pero en todo caso, es interesante repasarlos para que se puedan tener en cuenta, reconocer y, en su caso, consultarlos y abordarlos adecuadamente para solucionarlos o, al menos, hacerlos más llevaderos.
X Síntomas no tan comunes en la menopausia que quizás no conoces
Dentro de los síntomas “no tan conocidos” de la menopausia pero que se dan con cierta frecuencia podríamos considerar:
Niebla mental (mental fog)
Pérdida de memoria
La disminución de la concentración y la atención y la pérdida de memoria son un síntoma emergente que últimamente es referido por muchísimas mujeres en la peri y postmenopausia. Las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) tienen receptores en todo el organismo y el sistema nervioso no es una excepción. De esta manera, las variaciones hormonales pueden influir no sólo en el estado de ánimo (siendo típicas la irritabilidad o los cambios bruscos de estado de ánimo) sino en el rendimiento cerebral.
Cambios en el olfato y el gusto
Los cambios en el gusto y en el olfato que se dan en esta etapa pueden hacer que algunos olores o sabores cambien, sean percibidos más intensos o desagradables, afectando a las preferencias alimentarias y olfativas de forma paralela a la que sucede a muchas mujeres durante la gestación. Esta se debe a la influencia hormonal en estos sistemas sensoriales, pero también indirectamente a la deshidratación de las mucosas oral y nasal (porque no sólo es la mucosa vaginal la que se reseca). En algunos casos se desarrolla incluso el llamado Síndrome de boca ardiente, que consiste en una molesta sensación de ardor, escozor u hormigueo en la boca, acompañada de alteraciones gustativas.
Tinnitus
El tinnitus, también conocido como acúfeno, es la percepción de sonido que no tiene una fuente externa, es decir, no hay un estímulo exterior real que lo produzca.
Como sucede en otras localizaciones del organismo, se han identificado receptores de estrógenos en la cóclea humana (en el sistema auditivo).
Parece ser que no es que la disminución de hormonas sea la causa del tinnitus, sino que los niveles premenopáusicos de las hormonas protegían el oído y el mecanismo auditivo. Cuando las hormonas pierden su efecto protector, puede producirse una pérdida de audición y posteriormente tinnitus. Ambos estarían correlacionados porque la pérdida de audición crea esencialmente un grado de privación auditiva, que el cerebro interpreta como una señal de advertencia, y en respuesta aumenta su sensibilidad al sonido y esto ocasiona tinnitus.
Vello facial y otros cambios capilares
Con la menopausia, los estrógenos (hormonas femeninas) decaen dramáticamente, pero los andrógenos (hormonas masculinas) lo hacen de un modo más progresivo, además de que su producción en el organismo no sólo corresponde al ovario, sino también a las glándulas suprarrenales. Es por ello que, característicamente en este periodo se produce un disbalance entre ambos tipos de hormonas que tiene repercusiones a nivel capilar. A nivel facial se produce un aumento de vello, sobre todo en la barbilla.
Pero además, los cambios en los niveles hormonales de los andrógenos y estrógenos, que intervienen en la regulación del ciclo capilar, conllevan la reducción de cabellos en fase de crecimiento, la aparición de cabellos más finos y quebradizos, la pérdida de cabello, y pueden aparecen brotes de acné.
Mareos y vértigos
El mecanismo por el que las hormonas pueden relacionarse con la mayor frecuencia de mareos y vértigos en este periodo es múltiple. De una parte, los cambios hormonales pueden ocasionar fluctuaciones en la presión arterial, pero también el deterioro del sistema del equilibrio y la progresión de la artrosis cervical pueden estar involucrados.
Aumento de la sensibilidad en la piel y otros cambios cutáneos
La disminución de los estrógenos tiene consecuencias tanto en la dermis como en la epidermis, en su estructura y funcionamiento, de forma que la piel es de los órganos que más se resiente con la menopausia. Así, la reducción de la cohesión de la capa externa de la epidermis, los cambios en la estructura epidérmica y su función biomecánica pueden generar sensación de hormigueo o picor o piel más sensible al tacto.
La alteración de la producción de ceramidas puede producir cambios en la barrera epitelial y debilitamiento de la piel, esto puede incrementar el riesgo de problemas cutáneos como la dermatitis atópica, la psoriasis y el acné.
Además existe deshidratación cutánea, disminución de la producción de ácido hialurónico, reducción de la elasticidad por una menor producción de colágeno y elastina, con el consiguiente deterioro en el aspecto de la piel (menos brillante, más arrugada) y en la cicatrización de las heridas.
Migrañas y otras cefaleas
Las migrañas o jaquecas tienen una dependencia hormonal variable, de forma que algunas se pueden incrementar en la perimenopausia (especialmente, con aura), pero incluso puede suceder que disminuyan. En cuanto a otros tipos de dolor de cabeza (cefaleas) varían de intensidad y en este periodo pueden obedecer a diferentes causas.
etc – + síntomas raros/muy poco común interesante a incluir
Además de los síntomas anteriores, pueden aparecer otros, como ganancia de peso abdominal, dolores articulares, parestesias (sensación de hormigueo, entumecimiento, etc), dolor o hipersensibildad en las mamas similares a las premenstruales, síntomas gastrointestinales (como la distensión abdominal y cambios en el patrón intestinal con tendencia generalmente al estreñimiento), cambios en el olor corporal, cambios en la voz, aparición de alergias o intolerancias alimentarias, etc.
Es importante que, por raro que parezca un síntoma, si se identifica que ha aparecido de forma coincidente con el inicio de la perimenopausia, podría estar vinculado con ella y debe consultarse, para que sea debidamente estudiado.
Qué hacer ante los síntomas raros de la menopausia
Es fundamental identificar los síntomas infrecuentes pero relacionados con la menopausia y darles la importancia que merecen, tanto por parte de la paciente como del profesional sanitario, por ello, la primera recomendación al respecto es prestarles atención. La segunda serían recomendaciones generales a este respecto, que si bien pueden variar un poco de mujer a mujer según los síntomas y patologías asociadas que presente, incluirían:
Alimentación saludable:
- Evitar las comidas picantes, calientes y la cafeína. Entre otros efectos, estos alimentos pueden incrementar los sofocos.
- Limitar el consumo de alcohol, pues se relaciona con la ganancia de peso, el riesgo de enfermedad cardiovascular, osteoporosis, depresión, ansiedad, cefaleas y algunos tipos de cánceres.
- Realizar una dieta equilibrada (puede resultar contraproducente realizar una dieta excesivamente hipocalórica) donde se aumente el consumo de los hidratos de carbono complejos, especialmente los que sean ricos en fibra, como las legumbres, granos y cereales integrales y almidones resistentes.
- Incrementar el consumo verduras y de frutas con un bajo índice glucémico, ya que son una buena fuente de vitaminas, antioxidantes y fibra y contribuyen a la salud de la microbiota.
- Enfatizar en el consumo adecuado de proteínas, ya que con el descenso de los estrógenos disminuyen la masa ósea y muscular
- Entre las grasas, es importante ingerir ácidos grasos omega 3, que se encuentran contenidos especialmente en los pescados azules, porque no sólo disminuyen el riesgo cardiovascular, sino que pueden disminuir los sofocos y otros síntomas
- Tan importante como la comida es la hidratación: recomendable ingerir al menos 2 litros de agua al día, lo que colabora a hidratar piel y mucosas.
- Masticar adecuadamente (unas 25 veces cada bocado) es deseable para digerir correctamente, favorecer a la microbiota y evitar los síntomas digestivos y de hinchazón abdominal
- Entre los micronutrientes, el calcio, las vitaminas del grupo B y D3, el magnesio y el hierro cobran especial relevancia
Las técnicas o prácticas de relajación o meditativas, incluyendo el yoga o el tai chi, el mindfulness, etc) y las de respiración pueden ayudar a aliviar síntomas como los psicoemocionales, los mareos y vértigos, las cefaleas, entre otros.
Existen además, alternativas naturales específicas para aliviar los síntomas raros de la menopausia, entre las más habituales se encontraría incrementar la ingesta de alimentos ricos en fitoestrógenos, es decir, productos vegetales que contienen sustancias que se comportan como estrógenos de baja potencia y que, por tanto, podrían ejercer un efecto beneficioso en los diferentes órganos donde se producen los síntomas debidos al descenso de estrógenos ováricos. Existen descritos más de 4000 fitoestrógenos, pero los más habituales pueden ser los contenidos en la soja, los garbanzos o el lino.
Otros hábitos saludables incluyen:
- Exposición a la luz solar con fotoprotección adecuada para conseguir Vitamina D
- Practicar ejercicio tanto cardiovascular como de fuerza, si fuera posible, al menos parcialmente al aire libre.
- Abandonar el consumo de tóxicos
- Buscar compañías o grupos de apoyo
- Recabar información sobre el proceso y los síntomas concretos que aparezcan que ayude a comprenderlos, siempre de fuente fiables, como las Sociedades Científicas
¿Debo consultar a mi médico síntomas más graves?
En conclusión, si los síntomas han aparecido o se han exacerbado circundando la menopausia debemos considerar, por atípicos que sean, que pueden presentar una base hormonal. Si además son intensos, frecuentes y deterioran la calidad de vida se deben consultar con el profesional sanitario de referencia para que los evalúe y nos oferte soluciones, según el tipo de síntoma que presentemos.