Aumentar la libido en la menopausia: Mejores consejos
¿Cómo aumentar la libido en la menopausia? Lo que debes saber

¿Cómo aumentar la libido en la menopausia? Lo que debes saber

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La libido o deseo sexual, ese impulso que nos hacer querer mantener relaciones sexuales, es el primer paso de la respuesta sexual humana según los sexólogos clásicos, y es evolutivo no sólo a lo largo del ciclo femenino, sino a lo largo de la vida de la mujer, como lo es la propia sexualidad en sí. Muchas mujeres experimentan más deseo cuando se encuentran alrededor de la ovulación y refieren que este es menor, por ejemplo, en el postparto, sugiriendo que las hormonas desempeñan un papel importante en el mismo, pero este deseo es más complejo que una mera cuestión...

La libido o deseo sexual, ese impulso que nos hacer querer mantener relaciones sexuales, es el primer paso de la respuesta sexual humana según los sexólogos clásicos, y es evolutivo no sólo a lo largo del ciclo femenino, sino a lo largo de la vida de la mujer, como lo es la propia sexualidad en sí.

Muchas mujeres experimentan más deseo cuando se encuentran alrededor de la ovulación y refieren que este es menor, por ejemplo, en el postparto, sugiriendo que las hormonas desempeñan un papel importante en el mismo, pero este deseo es más complejo que una mera cuestión hormonal, ya que es multifactorial, obedeciendo a factores físicos, psicoemocionales y socioculturales.

En el caso concreto de la peri y la postmenopausia, es muy habitual que las mujeres refieran una pérdida de la libido. Obviamente, en esta etapa vital se producen en la mujer alteraciones hormonales que pueden influir negativamente sobre el deseo, pero también hay una cohorte sintomática que, de modo indirecto, puede reducirlo. Por ejemplo, el insomnio de la menopausia repercute en el descanso nocturno, de forma que las mujeres muchas veces refieren cansancio, fatiga y falta de energía (también sexual) al día siguiente. Lo mismo puede suceder con el sofoco nocturno. De la misma manera, el síndrome genitourinario y su sequedad vaginal asociada hacen que las relaciones sexuales se puedan volver dolorosas, lo cual es un inhibidor potente de la libido. Una cuestión fundamental es que esta disminución de la libido puede afectar a la vida de la mujer en distintos aspectos (relación con su cuerpo, autoestima, relaciones de pareja, etc.), con lo cual el problema se torna más complejo. En este blog analizamos las causas de esta pérdida de la libido y otorgamos posibles soluciones para combatirla.

¿Por qué disminuye la libido durante la menopausia?

Lo primero es explicar correctamente lo que ocurre con el deseo sexual: sexológicamente, consideramos que el deseo sexual femenino no es tanto un deseo primario, como el de comer o dormir (que surgen “automáticamente” para garantizar la supervivencia), sino que es un deseo secundario, que requiere de que se den unos condicionantes para producirse. De hecho, aunque el deseo se considera la primera fase de la respuesta sexual humana, las mujeres pueden iniciar una práctica sexual sin deseo y que este aparezca -o no- a lo largo de esa práctica. Con lo cual, quizá es demasiado simplista considerar la respuesta sexual femenina como una secuencia de deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución como proponía Kaplan y es más realista considerar modelos más circulares, con influencia de muchos otros factores, como propuso posteriormente Basson.

Una vez aclarado esto, si nos ceñimos sólo a la parte hormonal del deseo, este viene condicionado por las hormonas sexuales. La testosterona es la hormona sexual masculina por excelencia, pero también la tienen las mujeres y, de hecho, en cantidades mayores que las hormonas femeninas. Esta hormona interviene en el sistema nervioso activando los sentidos y estimulando el deseo sexual de forma que se establece un mecanismo de “push-pull”, donde las hormonas masculinas son las principales responsables del deseo y las femeninas, de la respuesta sexual, y ambas se hacen necesarias para que haya un buen funcionamiento en la esfera sexual. Durante la perimenopausia -la época en la que se producen los trastornos menstruales- los niveles de estrógenos, progesterona y testosterona varían de forma irregular, y durante la menopausia, estos niveles de estrógenos, progesterona y testosterona son más bajos, si bien hay que señalar también que el descenso de producción de hormonas masculinas se produce ya desde los 35-40 años, paralelo a la edad, porque estas no sólo se producen en el ovario, sino también en las glándulas suprarrenales.

De esta forma, la menopausia no es la causa directa única, quizás, ni siquiera la principal de la falta de deseo sexual, de hecho, todas las mujeres tienen la menopausia y todas sufren la bajada de hormonas, pero no todas sufren de la misma forma los síntomas propios de esta etapa, incluyendo las repercusiones sobre su sexualidad. Por ejemplo, existen mujeres que durante este periodo incluso incrementan su deseo porque pierden el miedo a quedarse embarazadas o porque dejan de tener dolores pélvicos asociados a determinados problemas ginecológicos que mejoran con la menopausia, como los miomas o la endometriosis.

Sin embargo, entre las potenciales razones biológicas por las que el deseo puede reducirse con la menopausia se encuentra el descenso hormonal propio de este periodo y otros síntomas como la sequedad vaginal; cambios en la apariencia de la vagina, la vulva y los labios; atrofia de la musculatura del suelo pélvico y mayor sequedad en la piel, pérdida del cabello o cambios en la pilosidad genital, redistribución de la grasa corporal con aumento de la grasa abdominal, unida a otros cambios en la apariencia física.

Todos ellos conducen a algunas mujeres a sentirse menos atractivas (puede alterarse la imagen corporal y la autoestima), y a que la respuesta sexual a nivel genital sea menos evidente, lo cual puede causar que el deseo sexual de algunas mujeres disminuya en ese periodo.

Causas psicológicas de la disminución de la libido

Además de las causas puramente biológicas que afectan, ya sea directa o indirectamente, al deseo sexual. algunos de los síntomas asociados a la menopausia que sufre una parte de las mujeres pueden afectarle. Entre ellos, citar algunos como irritabilidad, síntomas depresivos, sofocos nocturnos, alteración del sueño, cefaleas, vértigos, cansancio, o la ansiedad, pero además existen factores socioculturales que influyen en el apetito sexual de las mujeres menopáusicas, como las ideas preconcebidas en algunas sociedades sobre el rol femenino, por ejemplo.

Las mujeres muy sintomáticas en su climaterio suelen presentar malestar general y poca calidad de vida. En este estado es común evitar los encuentros sexuales y se vuelve común la desgana y rutina. En este punto se torna clave una buena comunicación con la pareja ya que otros factores como las discusiones, la monotonía o el no sentirse comprendidas en este proceso pueden disminuir gravemente el deseo sexual. 

¿Cómo aumentar la libido durante la menopausia?

La parte buena de que la pérdida de apetito sexual obedezca a diferentes factores es que también tenemos varios frentes diferentes desde los cuales abordarla: tratamientos físicos, psicoemocionales, terapia sexual y de pareja nos pueden ayudar con esta cuestión.

De entrada, existen una serie de recomendaciones generales que ayudan a recuperar el deseo sexual: descansar más y evitar el estrés, seguir una dieta sana, hacer ejercicio de forma regular, no fumar porque el tabaco (reduce la lubricación) y no utilizar jabones o desodorantes agresivos que puedan provocar irritación vaginal.
Entre los tratamientos, cabe citar:

  • Los tratamientos con hidratantes vulvovaginales aplicados al menos 2-3 veces en semana ayudan a disminuir la sequedad, los lubricantes vaginales sustituyen al flujo vaginal que ha disminuido durante las relaciones sexuales y los tratamientos que actúan sobre receptores hormonas locales estimulan la vagina para que ella vuelva a producirlo. De esta forma, al reducir el dolor con las relaciones (dispareunia) y mejorar la salud vulvovaginal, indirectamente, mejoran el deseo en muchas pacientes.
  • En los últimos años se han desarrollado las técnicas de bioestimulación o de ginecología regenerativa que, aplicando láser, radiofrecuencia, o inyectando ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas entre otras, mejoran la función vulvovaginal y, por ende, la función sexual.
  • Los tratamientos hormonales de la menopausia por vía oral o transdérmica, cuando están indicados, mejoran de forma directa y/o indirecta el deseo sexual de muchas pacientes.
  • Realizar ejercicios de suelo pélvico: mejorar el control del tono del suelo pélvico puede ayudar tanto cuando este se ha hecho excesivo (hay un reflejo de contraer en exceso como defensa por el dolor con la penetración) como cuando este se ve disminuido (frecuente tras varios partos y con una tendencia genética de fondo). La musculatura del suelo pélvico interviene tanto en favorecer la penetración como en la respuesta orgásmica, con lo cual, su función es crucial para una respuesta sexual satisfactoria.
  • Si hay pareja, hablar entre ambos es fundamental: el abordaje de esta nueva etapa es cosa de los dos y es imprescindible la comunicación no violenta, manifestando abiertamente dudas, temores, preocupaciones…
  • Para muchas mujeres, la menopausia supone un hito en el que comenzar a priorizarse a una misma y buscar el propio placer, es decir, comienzan a centrarse en el placer propio, no buscando tanto complacer y en disfrutar de las relaciones sexuales, sin forzarse. Esa libertad de no responder a las expectativas de nadie supone para muchas mujeres un resurgir de su deseo.
  • Consultar con el ginecólogo: Ante la falta de deseo, es importante consultar con el profesional sanitario de referencia, que podrá abordar la parte biológica de la falta de deseo y remitir para un abordaje multidisciplinar en caso necesario.

Productos naturales para aumentar la libido

Existen multitud de productos naturales fitoterápicos (derivados de plantas) que han sido empleados tradicionalmente para mejorar las diferentes fases de la respuesta sexual y estudiados posteriormente en ensayos clínicos para demostrar su seguridad y eficacia. Se recogen a continuación los más habituales:

  • Maca andina: es una planta herbácea bianual que crece exclusivamente en los Andes peruanos. Es muy apreciada por su alto valor nutricional, debido a su riqueza en proteínas y minerales; son empleados secularmente en la zona de origen, como afrodisíaca y para favorecer la fertilidad tanto en hombres como en mujeres; Los estudios realizados sugieren que puede ser eficaz para la disfunción sexual tanto femenina como masculina y en la disfunción femenina inducida por antidepresivos.
  • Tribulus terrestris: es una planta herbácea anual cuyos frutos y semillas han sido utilizados desde antiguo, sobre todo en China e India, como afrodisíacos, en el tratamiento de la infertilidad en ambos sexos. Los estudios realizados sugieren que puede ser una alternativa segura para el tratamiento del deseo sexual hipoactivo en mujeres en etapa tanto pre como postmenopáusica.
  • Damiana afrodisiaca (Turnera diffusa): es un arbusto con una amplia reputación como afrodisíaca en Iberoamérica, empleada desde la época maya como estimulante sexual, trastornos menstruales Hay pocos estudios en humanos, siempre en asociación a otros fitoterápicos, donde se incrementaba el deseo sexual, sequedad vaginal, frecuencia de relaciones sexuales y orgasmo con una mejora de todas las esferas sexuales, sin aparición de efectos secundarios significativos.
  • Alholva (Trigonella foenum-graecum): Las semillas de fenogreco han sido empleadas en la región del Sáhara tradicionalmente por las mujeres y lo fueron previamente en Egipto y China. Contienen componentes activos que han demostrado en estudios que mejoran la función sexual y la calidad de vida de las mujeres, sin efectos secundarios adversos.
  • Ginseng: Se han identificado más de doce especies de ginseng si bien las dos más destacadas corresponden al ginseng coreano (P.ginseng) y ginseng americano (P.quinquefolius ). Ambas especies de ginseng tienen características de adaptógeno1, que incluyen reducción del estrés, aumento de la energía, mejora del sistema inmunológico, mejora de la función sexual en mujeres en etapa menopáusica y la disfunción eréctil.
  • Ginkgo biloba: Sus compuestos actúan sobre la circulación periférica, facilitando el flujo sanguíneo y aportando un efecto relajante sobre el músculo liso, ambos procesos muy importantes para la respuesta sexual (más que el deseo en sí) de las mujeres, incluso en las que toman antidepresivos.
  • Azafrán (Crocus sativus):  El azafrán, constituido por los estigmas desecados de la especie Crocus sativus L., tiene un  posible efecto beneficioso en la  función sexual femenina especialmente a nivel de la respuesta sexual, más que en el deseo, de modo semejante al ginkgo y, de la misma forma, también ha sido estudiado en la mejoría de las disfunciones sexuales ocasionadas por antidepresivos.
  • Pino marítimo: (Pinus pinaster spp atlántica): El picnogenol es un extracto obtenido a partir de la corteza de pino marítimo en cuya manifestando su papel beneficioso en la disfunción eréctil y en menor grado en la sexualidad de la mujer.
  • Ashwagandha (Withania somnífera):  La raíz de este arbusto es muy empleado en la medicina tradicional india como afrodisíaco, ademásde invocánsele cierto efecto sobre insomnio, ansiedad, estrés crónico, control del peso, fuerza muscular y la recuperación de la función sexual masculina y femenina, estando clasificado dentro del grupo de los adaptógenos. Sin embargo, hasta el día de hoy, no se han realizado estudios de buena calidad que valoren el efecto de la Ashwagandha como tratamiento único de la disfunción sexual femenina.
  • Dong Quai o Angélica china: es una planta en cuya composición encontramos principios activos que podrían mejorar la respuesta de excitación sexual en la menopausia.

¿Se recupera la libido después de la menopausia?

Dado que el deseo sexual es multifactorial, puede recuperarse después de la menopausia si se realizar el abordaje correcto. Hay ocasiones que el interés por la actividad sexual vuelve de forma natural una vez que se establecen los niveles de salud y bienestar óptimos. Es importante además destacar que una vida sexual activa presenta beneficios a nivel psicoemocional, físico, endocrino y genital, con lo cual no es recomendable abandonarla por completo, aunque quizá en este momento de la vida de estas mujeres sea necesario dedicarle más tiempo a la estimulación. Es posible que sea el momento de modificar la técnica sexual (juegos, posturas). También puede ser el momento de acudir a terapia sexual y de pareja. En todo caso, es un problema con soluciones.

1entendiendo por tal a los preparados de plantas medicinales que incrementan la atención y la resistencia a la fatiga y reducen las alteraciones inducidas por estrés y los desórdenes relacionados con el sistema endocrino y/o inmunológico.

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